El juego con la luz no es solo diversión, es una herramienta educativa fundamental. Explorar sombras, colores y reflejos no solo despierta la imaginación de los niños, sino que también promueve el desarrollo cognitivo y sensorial. Los pequeños aprenden a observar, experimentar y comprender conceptos abstractos de una manera accesible y estimulante. Además, fomenta la creatividad y la resolución de problemas, preparándolos para un futuro lleno de descubrimientos. Así que, ¡encendamos las luces y dejemos que los peques exploren su mundo de maravillas lumínicas! 💡🌟